Columna del Obispo, "Devoción al Sagrado Corazón de Jesús"

El viernes, 23 de Junio, la Iglesia celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Anualmente, esta fiesta se coloca en el calendario litúrgico el viernes después de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Tradicionalmente, el mes de junio es dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nació en el siglo XVII en Francia particularmente a través de las revelaciones y las 12 promesas dadas a Santa Margarita María Alacoque y a otros místicos. La devoción alentó la práctica de la consagración personal; la recepción de la Santa Comunión los primeres viernes de mes y oraciones en la noche del jueves entre las 11:00 y la medianoche como una forma de compartir los sufrimientos de Jesús en Getsemaní. Se extendió para incluir la consagración de los hogares; la fundación de sociedades piadosas de los fieles y el nombramiento de Institutos Religiosos e iglesias bajo el Sagrado Corazón de Jesús como patrón. Incluso naciones fueron consagradas al Sagrado Corazón de Jesús.
La encíclica de 1956 del Papa Pío XII, HAURIETIS AQUAS (Ustedes Deberán Sacar Agua), instó a la iglesia para fomentar y practicar la devoción al Sagrado Corazón. Aunque en los últimos tiempos la práctica de esta devoción ha disminuido un poco, sugiero que tiene mucho que ofrecer en nuestro tiempo a un cristiano sincero que busca crecer espiritualmente.
Del corazón rojo rubí prominente en la representación artística del Sagrado Corazón de Jesús emana un fuego. La luz rodea el corazón expuesto. La mano de Nuestro Señor apunta hacia su corazón. Claramente, esta es una invitación a experimentar el amor de Dios hecho humano en la persona de Jesús de Nazaret; siendo arrastrados en su calor; convocados a su amor personal que es el amor de Dios; para ser envueltos en la luz de Dios y conocer a Jesús cuyo corazón humano es el asiento de su divinidad.
Así como el amor humano siempre está dando de sí mismo, también el amor de Dios es un amor generoso. Es como si la imagen del Sagrado Corazón de Jesús dijera: “Te amo”. Este es el acogedor, misericordioso, tierno amor de Dios para ti. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús lleva al espectador al amor de Dios. El Señor está ofreciendo algo que necesita ser recibido – su propio amor. Esta oferta se expresa gráficamente en la imagen que pone el corazón de Jesús en el exterior de su cuerpo para que se pueda ver. Mira el amor que Dios te brinda y responde al amor de Dios permitiéndote a ti mismo ser amado por Cristo. Nadie es excluido o expulsado de su amor.
Así como Cristo ha abierto su corazón, tú también debes abrirlo. Imita su amor. Recibe este amor inmerecido. Dios te ama. Eres amado por Dios, a quien puedes encontrar en lo más profundo de tu ser, en tu corazón. Demuestra su amor a los demás por medio de tu caridad hacia ellos, pueden ser tu familia, comunidad y compañeros de trabajo. Como lo hizo Jesús durante su ministerio terrenal así también practiquemos la caridad en nombre de los pobres, los inmigrantes, los necesitados, los refugiados, los marginados, los pecadores, los enfermos y los hambrientos. La devoción al Sagrado Corazón nos recuerda que la caridad es la Ley Suprema de Cristo.
En algunas de las imágenes el corazón de Jesús lleva una corona de espinas para sugerir que su corazón está herido. Atravesado. Él sufrió. Como es tan cierto para muchas mujeres y hombres, el corazón de Jesús es un corazón herido. El suyo es un corazón necesitado. La necesidad del corazón de Cristo no es para sí mismo o su propio beneficio, es para otros—para nosotros—para ti con las heridas de tus sufrimientos y pecados.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús puede ayudarte a conocer no sólo la “anchura, profundidad, longitud y altura del amor de Cristo (Efesios 3:18),” pero lo más importante, saber que eres amado por Dios en Cristo Jesús. “Sagrado corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.”

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