El Beato Michael McGivney y los Caballeros de Colón

Entre los grupos activos basados en la iglesia en nuestra diócesis están los Caballeros de Colón, de los cuales soy un miembro orgulloso. En mi oficina expongo de manera destacada tanto la espada tradicional de los Caballeros de Colón, que fue entregada a mí con motivo de mi cuarto grado, como el antiguo, elegante y distintivo sombrero de plumas, que lamentablemente ha sido reemplazado por una boina.

A lo largo de mis años de ministerio episcopal en la diócesis, un Guardia de Honor de los Caballeros de Colón me ha acompañado en cada celebración de las principales liturgias diocesanas y en cada celebración del Sacramento de la Confirmación, de las cuales han habido cientos. Su presencia añade una solemnidad a la liturgia. Me alegra ver las reacciones de los jóvenes confirmandi cuando los Caballeros, en regalía completa de vestimenta, procesan durante la ceremonia.

Dios bendiga su compromiso a nuestra iglesia y a este obispo. Un pastor sabe que siempre puede depender de la ayuda de los Caballeros para cualquier necesidad que tenga. Su generosidad a nuestros sacerdotes, religiosas y seminaristas es excepcional. Son realmente una bendición para esta iglesia local. Son buenos católicos y buenos Estadounidenses, que fue la visión del Beato Michael McGivney cuando creó los Caballeros de Colón.

El pasado fin de semana, el 31 de octubre, fue beatificado el fundador de Caballeros de Colón, el padre Michael McGivney. Este paso lo acerca a ser canonizado como santo de la Iglesia Católica. A través de su intercesión, un milagro que involucró a un niño no nacido, en 2015, quien fue sanado en el útero de una enfermedad que amenazaba su vida. La familia del niño oró al padre McGivney. Ese niño tiene ahora cinco años. Este milagro ha sido verificado.

El beato Michael McGivney continúa inspirando a los Caballeros de Colón. El Caballero Supremo Carl A. Anderson dijo en el anuncio de la beatificación: “El Padre McGivney ha inspirado a generaciones de hombres católicos a arremangarse sus mangas y poner su fe en acción”.

El Beato Michael McGivney fundó los Caballeros de Colón en 1882 en la Iglesia de Santa María en New Haven, Connecticut, con el fin de ayudar a sus feligreses que enfrentaban dificultades financieras debido a la enfermedad o la muerte del sostén de la familia. Muchos eran inmigrantes pobres que sufrieron cuando murió la cabeza de la familia, el “sostén del pan”. No había recursos gubernamentales ni sociales disponibles para brindarles ayuda. El beato Michael McGivney entendió que a medida que sus feligreses sufrían humanamente, también sufrían espiritualmente. Caridad, Unidad y Fraternidad, los principios de la Orden, fueron la respuesta de su párroco que los asistió atendiendo a sus necesidades. Entendió la conexión entre la paz espiritual y la paz humana.

Beato Michael McGivney, ruega por nosotros; especialmente por nuestros Caballeros de Colón en la diócesis de Camden. Que su beatificación los renueve en los principios de la Orden: Caridad, Unidad y Fraternidad. Que los Caballeros de Colón continúen creciendo y, a través de sus numerosos ministerios, alcancen espiritualmente y humanamente a todas las mujeres y los hombres. ¡VIVAT JESÚS!

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